jueves, 16 de agosto de 2012

Impugnación de examen: Ratificación.

He modificado esta entrada, pues ratificando lo obrado y expuesto, cabe relevar que no es mi interés promover conventilleo alguno, sino que dar a conocer los principios con arreglo a los cuales entiendo que debe desarrollarse la actividad docente y la convivencia académica.
Es así que, el día 09 de Agosto, se interrogó a 60 personas en total. 21 de Sociedades y 39 de Derecho Comercial. De ese total, muchos reprobaron y, de éstos, la gran mayoría con mucha dignidad asumieron que no estuvieron a la altura de las exigencias que el curso impone y que en un día de examen se reduce a demostrar que se sabe, en esa breve ocasión, y no en otra.
Digo lo anterior, para recordarme que 1 en 39 o 6 en 90, son proporciones despreciables, aunque para mí las matemáticas nunca han dicho mucho. 
Quizá por eso sea que un reclamo destemplado, cuyas características prefiero no calificar, me revuelve el estómago.
Podría uno "no darle importancia" y dejarlo pasar. Otros podrían querer "pasar la cuenta". Yo prefiero la transparencia, prefiero decir que reclamos temerarios son un abuso del derecho; alegaciones viciosas que tuercen las razones del sistema, que ponen en tela de juicio la utilidad de una herramienta (la impugnación) que bien usada puede ser virtuosa, pero que tergiversada en los términos como en la práctica se la utiliza, no hace sino deteriorar la calidad que tanto se reclama. 
¿Vale el reclamo de aquél que en medio de su relato admite -en más de una oportunidad- que se equivocó en sus respuestas? ¿Vale ser aprobado, con sólo los aspectos generales no obstante que no se respondió bien?
¿Ese es el concepto de "calidad" con el cual hay que aprobar? ¿Ese es nuestro sentido de excelencia académica? ¿Sabiendo los aspectos generales? ¡A quien le importa la precisión! Total, empresa, establecimiento y sociedad son lo mismo. Vencimiento y caducidad son sinónimos. Comisión y mandato, son iguales. El derecho está pleno de distinciones como tantas diferencias existen en la vida real y no es tolerable pretender que a uno "lo pasen" sin conocerlas. Uno pasa los exámenes o se los echa y es un mito que a uno lo rajen. Cada uno se raja solito, al menos en mi cátedra.

1 comentario:

  1. Confieso que lei y lei, mis dedos sobre el cancelar y otra vez la pregunta ¿y si?

    Y me quede con el: y si.... dejo mi opinion y ya!

    Me quedo con que aprendí, de sus datos, de sus mañas, de sus visiones, casos y en las muchas veces que me senti acorralada mezclando cátedras para descubrir la respuesta.

    No logre la primera etapa y confieso tal como se lo mencione, que me fui a casa con la cabeza caida como quien da un justa entre caballeros aunque sabemos que usted tiene gran ventaja y habilidad, me fui derrotada pero creando en mi nuevas tecnicas para sorprender y me gane esa oportunidad y aprendí aun más, pareciera que todo fuera posible de ver y registrar de forma diversa, con esto no quiero decir que no prefiera un primer encuentro con puntos a favor pero esta segunda oportunidad tiene mucho mejor sabor.

    Cada quien sabe que tipo de profesional será al final, hasta hoy me he llevado un ramo caido en guerra, asumí mis errores y espero asimilarlos cada vez mejor, superandome cada día, si algo he de decir es que nada de lo que he vivido ha sido azar y no es mi estilo impugnar examenes.

    Quisiera despedirme dejando patente que valoro estos espacios y me permito dejar aquí mi comentario, con nombre y apellido ojala encontrara muchos más. Atte Marjorie Salgado

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