jueves, 22 de septiembre de 2016

Columna de opinión: El Drama del IVA Postergado.

(Publicado el 15-09-2016 en http://www.diazloayza.cl/blog)


Esta semana un precandidato presidencial consultado acerca de la economía, afirmó que en nuestro país no había verdadera libre competencia, porque las MIPYMES eran objeto de prácticas y abusos que estaban muy lejos de permitir su participación en igualdad de condiciones en el mercado. Aventuró entonces, que una de las soluciones para darles verdaderas oportunidades era arbitrar los medios que hicieran posible que sus créditos por cobrar les fueran pagados dentro de 30 días. 

Esta idea es sumamente vieja y aunque han habido medidas que propenden al pronto pago, lo cierto es que queda mucho por hacer en pos de promover la liquidez de capital de trabajo de los pequeños emprendimientos. 

Desde el punto de vista legal, queremos mencionar dos iniciativas en favor de mejorar el flujo de caja de las MIPYMES, y que obedecen a dos maneras disímiles de abordar el problema. 

La primera de ellas está inspirada en la idea de acortar el plazo de pago de las cuentas por cobrar y  facilitar el cobro y recupero de las deudas morosas, lo que implica permitir el financiamiento de las operaciones mediante el ingreso de flujo. Nos referimos a Ley Nº19.983 que "Regula la Transferencia y otorga mérito ejecutivo a copia de la factura". 

Un segundo tipo de medidas, está representada por aquellas que buscan mejorar transitoriamente la liquidez evitando un egreso efectivo de recursos y que por lo tanto generan deuda o prorrogan el pago de una ya existente por un corto plazo. Este es el caso del IVA postergado introducido por la Ley Nº 20.780 sobre Reforma Tributaria. 

La postergación del pago de IVA es una medida que, aunque bien intencionada, resulta contraproducente y amenaza con agravar más todavía la difícil situación por las que atraviesan los emprendimientos de menor tamaño. En efecto, en el último tiempo se ha observado un gran incremento en el número de juicios de cobros de impuestos por parte del Servicio de Tesorerías por efecto directo de la postergación del pago del IVA, lo que se traduce en eventuales embargos de los bienes del activo, cuentas bancarias e incluso de las facturas de los contribuyentes deudores, los que de alguna manera han sido invitados por el Fisco a dilatar el pago de un impuesto mensual con la vana esperanza de que el ingreso de recursos frescos en un par de meses (y que al final no llegan) les permita pagar tanto el impuesto del mes respectivo como aquél que debían pagar hace 2 meses y que postergaron. Esto es así, porque postergar el pago del IVA es una medida parche que olvida que los costos del cumplimiento tributario para los pequeños contribuyentes son, las más de las veces, mucho mayores al del contribuyente ideal que describen las leyes tributarias, porque carecen de una estructura organizativa y funcional que les permita ordenar y proyectar adecuadamente su negocio y susbisten en un ambiente donde respiran y sufren día tras día la incerteza acerca de sus flujos futuros.

Así las cosas, la postergación del IVA se está convirtiendo en un pesado salvavidas de plomo para los MIPYMES, porque para que efectivamente pudiere rendir los beneficios que la idea pudo suponer, debió ir acompañada de herramientas que favorecieren decididamente la previsibilidad del entero de los ingresos devengados por las empresas y así servir a lo que verdaderamente deberia ser la postergación del IVA: una medida excepcional y transitoria y no una invitación a subirse a una bicicleta para empantanarse más todavía. 

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