Hace muy poco un abogado tributarista muy
destacado de la plaza, me comentó que había visto muy poco del juicio ejecutivo
de cobro de impuestos, porque sus clientes solían ser de aquellos que los pagaban
tan pronto resultaba que los debían. Estoy seguro que lo decía sinceramente.
En efecto, hay segmentos de
contribuyentes para quienes las diferencias que pudieren tener en materia de
impuestos con la autoridad, no pasan de ser algo más que una “contingencia”,
frente a la cual efectúan una “provisión” contable para hacerse cargo de ella
cuando sea cierto que efectivamente la deben. Esto es de común y ordinaria
ocurrencia y, salvo que sea un tema muy grave como parece serlo en el caso
último de las ISAPRES,
lo corriente es que paguen rápidamente e incluso más allá de lo debido para
evitarse cualquier tipo de problemas, traspasando a costo, si pueden, el mayor
gravamen que hayan soportado.
El anterior es el cielo de los “Grandes Contribuyentes”,
que no es el purgatorio de los “Grandes Deudores”, porque en las canchas de
tierra la realidad es muy distinta.
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